Graduados cuentan su experiencia con Henry
En este episodio, conversamos con tres Henry's que vieron en la programación, una oportunidad para dar un giro de 180° a sus vidas.
Un Ingeniero uruguayo con más de diez años de experiencia, una estudiante universitaria de La Pampa trabajando como secretaria y un estudiante recién salido del secundario cruzaron sus caminos en Henry con un mismo objetivo: estudiar programación y dar un giro definitivo a sus vidas.
Perseverantes, comprometidos y ambiciosos, Rodrigo Vläminck, Clara Sanchez y Franco Matus conversaron junto a Martín Borchardt, CEO y Founder de Henry, y con toda la comunidad de estudiantes sobre sus procesos, desventuras, logros y aprendizajes a lo largo de su cursada.
Zero to Henry ??♂️
“¿Qué hacían antes de entrar a Henry y a dónde llegaron?”. El primer dardo tirado por Martín Borchardt para entender cómo, sin conocimientos previos en tecnología o lenguajes de programación, tres Henry’s gritaron ¡BOOM! logrando puestos destacados en compañías del exterior.
Clara, de 25 años, oriunda de la provincia de La Pampa en Argentina y viviendo en Córdoba es la primera en romper el hielo: “Antes de Henry estudiaba Ingeniería en Computación pero estaba muy dejada con la carrera, no me estaba llamando mucho la atención porque no veía programación que era algo que me interesaba. Y a la vez, trabajaba de secretaria”.
“Ahora trabajo para InOrbit, una empresa de Silicon Valley, Estados Unidos, donde hacemos software para empresas que tienen flotas de robots. Con Henry, pude llegar a donde estoy. No tenía experiencia antes con JavaScript, aunque sí tenía un sentido de lo que era la programación porque lo había visto antes en la facultad, pero en cierta forma fue bastante nuevo para mí toda esta experiencia”, recuerda.
Rodrigo, un uruguayo de 38 años abocado por más de una década a la industria de las Telecomunicaciones gracias a su título de Ingeniero Eléctrico, destaca la escasa oferta laboral en su campo y, por el contrario, la creciente oferta para desarrolladores: “Ví el anuncio de Henry y con lo que sabía de JavaScript di el Henry Challenge. Hace seis meses no sabía ni qué era React y actualmente trabajamos junto con Franco en una Fintech chilena que financia Pymes, y contamos con la misma dinámica y metodología que tuvimos en Henry”.
Los inicios en Henry fueron únicos también para Franco, de 18 años, que recién habiendo terminado el secundario encontró una opción para convertirse en programador en poco tiempo y acelerar su carrera en tecnología, consiguiendo su primer trabajo a remoto y en dólares.
“Ya venía estudiando programación hace rato y aprendí muy poco de JavaScript de manera autodidacta mientras cursaba el secundario -cuenta-. Por un lado, yo ya tenía algo de lógica de programación porque creaba servidores de un videojuego, Minecraft, y con el tiempo me fui interesando más, al conocer las distintas áreas de desarrollo web que existen. Por suerte pude entrar a Henry donde conocí gente increíble, un gran talento humano, aparte del talento profesional por el lado del código”.
Y resume: “Entrar en Henry fue una gran decisión. Hoy en día estoy trabajando en una Fintech donde también trabaja Rodrigo. Estamos del lado del back office, que sería toda la parte administrativa. Todo lo que vimos en Henry lo estoy aplicando hoy en día. Tuve mucha suerte de haberme topado con Henry, porque hoy estoy trabajando básicamente de lo que aprendí”.
La vida a remoto ???
Con la cuarentena obligatoria en gran parte del globo, y como consecuencia directa de la pandemia, personas de todos los sectores tuvieron que reciclarse y encontrar en casa, un espacio para trabajar. Sumado a esto, el sector IT, por su carácter innovador y por ser punta de lanza en nuevas metodologías laborales, instaló, para muchos trabajadores techies, la modalidad a remoto casi de manera definitiva.
Así lo explica Martín Borchardt: “estoy convencido que el trabajo remoto es lo mejor que me pasó en la vida y estoy tratando de convencer a todo el mundo que se pase a esta modalidad, porque además, yo aumenté mi productividad”.
Pero, ¿cómo experimentaron este nuevo paradigma nuestros graduados? Para Rodrigo, trabajar a remoto “no tiene precio”. Después de años de vivir en Montevideo e invertir tiempo y dinero en trasladarse a distintas oficinas, logró radicarse en Piriápolis, un balneario a 100 km de la capital, que además de tranquilidad, le aporta el contacto con un entorno natural, clave para cuando “estás pensando algo complicado de código y necesitás salir afuera a tomar un poco de aire…”. “Cuando estás en la oficina capaz es más complicado, estando en tu casa parás para cocinar, tenés cosas para distraerte que te sirven cuando estás muy enfrascado en el código”, reflexiona Rodrigo, que además convive con sus hijos algunas semanas al mes, combinando su vida como padre y desarrollador.
Por su parte, para Franco este es su primer trabajo por lo que no tiene forma de comparar la experiencia remota con lo presencial. Igualmente reconoce que “trabajar a remoto me encanta, y me permite otras cosas que cuando estaba estudiando -que es lo más cercano a cumplir un horario de manera presencial- no podía hacer, como compartir tiempo con mi familia”.
Algo que también destaca Clara, que elige el trabajo remoto “mil veces” por sobre el presencial, no solo porque le permite visitar a su familia en La Pampa y trabajar a la vez, sino porque aprovecha el tiempo disponible para incursionar todavía más en los nuevos conocimientos que su nuevo empleo en InOrbit le demanda.
Aprender a aprender ???
“Henry me dio el conocimiento de algunas tecnologías, pero sobre todo una forma de pensar y analizar las cosas: la forma de pensar de un desarrollador que a su vez me brindó la posibilidad de estar trabajando en un lugar como este, y encima, a la vez, aprendiendo”, comparte Clara, y completa la idea Franco: “Henry te enseña a aprender, y es algo muy importante, poder adaptarse a los cambios en un trabajo, que son día a día”.
Para Martín, “esta es la actitud de un Henry Graduado” y destaca que, continuar aprendiendo siempre, es fundamental para quienes se dedican al mundo tech, porque las tecnologías cambian todo el tiempo. “Si hay algo que sabemos es que vamos a tener que seguir aprendiendo por el resto de nuestras vidas”, agrega.
¿Y después de Henry? ?
“¿A cuántas búsquedas laborales se tuvieron que presentar para lograr su primer trabajo?”, disparan desde el público. Enseguida, Clara recoge el guante y explica: “Mi caso fue atípico porque mi primer trabajo en tecnología fue gracias a mi primera entrevista laboral. InOrbit me contactó por Linkedin y fui haciendo las entrevistas a lo largo de un mes, y quedé. No tuve ninguna experiencia fallida en el medio, lo que me hubiera gustado atravesar, para saber qué se siente, porque después sino te frustrás un poco…”
Rodrigo, que fue contactado varias veces por recruiters, incluso antes de terminar la carrera, también lo vivió de manera atípica. “El detonante fue haber puesto el diploma de Henry en Linkedin y ahí me llovieron ofertas y oportunidades. Hice dos o tres challenges, incluso para empresas del calibre de Mercadolibre y Globant, hasta que llegué a esta Fintech. Primero tuve una charla con un compañero, después me mandaron a resolver un challenge, nos fue bien junto con Franco e Ignacio, otro compañero de Henry, y después charlamos con mi jefe… finalmente tuve la entrevista con el CEO para cerrar el contrato. Todo fue bastante rápido”.
Sobre la etapa final de la carrera, Franco también tuvo varias entrevistas e inclusive avanzó con algunas pruebas técnicas. “Hasta conseguir trabajo, estuve un mes buscando y tuve, fácil, diez entrevistas. Recibí dos ofertas de empresas de afuera, de Colombia y México, y finalmente ingresé a una compañía chilena”.
“Hay un dicho que dice: buscar un trabajo es un trabajo”, interviene Martín, quien también recomienda postularse a entre 5 y 10 ofertas laborales por día. “Lo importante es que un empleador te diga que sí. Si te piden experiencia, con ya tener un primer trabajo, la vas a ganar. Y en tu próximo empleo podrás negociar y poner tus condiciones. No hay que desmotivarse, con que uno te diga que sí, las chances están a tu favor”, reflexiona.
Mejor trabajo = mejor vida ✌?
Una pregunta recurrente a lo largo de toda la Henry Talk, giró en torno a los salarios y las mejores condiciones de contratación para estos graduados. Al respecto, Clara es muy contundente: “yo la verdad no me puedo quejar, InOrbit paga en dólares, y tengo un muy buen salario, incluso mejor de lo que gana un junior”.
Para Rodrigo, la situación varía ya que como Ingeniero con más de 15 años de experiencia, sabía que debía bajar sus expectativas al iniciarse en un nuevo campo como junior. Sin embargo, en negociaciones, y gracias a su título y background, logró un acuerdo mucho mejor. Además, para él fue clave el soporte de Henry durante este periodo con el Job Prep: “el armado del Linkedin, cómo arreglar el GitHub, cómo resolver los challenges… al momento de la entrevista suma muchos puntos y maximiza las oportunidades”, al igual que Martín, remarca “solo hay que conseguir una.”
La experiencia de Franco en la Fintech fue similar a la de su compañero. Él también se encargó de buscar información sobre el CEO de la compañía y llegar mejor preparado a la entrevista: “había leído sobre la empresa y todos los materiales que me dieron durante el onboarding. El CEO me hizo una propuesta mucho mejor de la que pensé que podía recibir. Estoy bien, estoy cómodo. Por suerte estoy feliz”, relata.
Lecciones ??
“Si volvieran a cursar en Henry, ¿harían algo diferente?”, se preguntan los estudiantes actuales de la Carrera Full Stack, buscando algún atajo, consejo o tip de estos graduados, que puedan llevarse y aplicar a su propio recorrido.
Para Franco hay que naturalizar el hecho de sentirse frustrado, “más que nada al comienzo, porque es literalmente meterse en un mundo nuevo. Estamos hablando de estudiar desarrollo Full Stack completo, aprender tanto del front-end como del back-end, aprender de lógica, de base de datos… lo digo para entender la magnitud del tema” y apunta a los nuevos Henry’s: “no se frustren, practiquen y ante la duda busquen información o pidan ayuda”.
Para Clara, una clave es aprovechar el Pair Programming, una actividad diaria en Henry donde los estudiantes se juntan con otros Henry’s a programar, hacer los ejercicios, resolver dudas o repasar conceptos. “Yo todavía lo uso ya trabajando. Cualquier duda, se sientan frustrados o se bloqueen, pregunten a un compañero. Alguien los va a ayudar.”
Estudiar y después pagar ?
Un gran diferencial de Henry frente a otras propuestas educativas en tecnología, además de la calidad y el nivel de sus clases, es la posibilidad que brinda a las personas de convertirse en programadores sin costo inicial. Henry invierte en las personas a través de un innovador modelo de financiamiento que les permite cancelar sus obligaciones con sus honorarios profesionales, es decir, solo cuando consiguen un trabajo.
Y de aquí, surge la pregunta de Martín para ellos: “¿hubiesen hecho Henry si tenían que pagar todo por adelantado?”
“Nooo”, contestan a coro estos rockstar dev, y protagonistas de una vida completamente impensada un tiempo atrás. Así lo destaca Martín: “todos nuestros graduados y graduadas, en este caso Clara, Rodrigo y Franco, salieron adelante gracias a esta metodología. Hoy, ellos, le están devolviendo a Henry todo lo que Henry les dio, y nosotros estamos invirtiendo, así, en más personas. Es un círculo virtuoso que funciona si todos colaboramos y creemos en que este es el modelo.”
Este contenido fue pensado para inspirar a las personas a desarrollar sus habilidades en tecnología y acceder a un mundo de posibilidades
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